A lo largo de este domingo, el IGN detectó un "considerable" aumento de la sismicidad y de la explosividad del mismo
Lejos de remitir, el volcán de La Palma alcanzó este domingo las cinco semanas de erupción a plena potencia en una jornada en la sumó una nueva colada y un salidero abierto bajo el cono secundario del que mana abundante lava líquida, y en la que los terremotos fueron constantes.
Carmen López, responsable de la red de vigilancia volcánica del Instituto Geográfico Nacional (IGN), señaló que todavía es pronto para saber cómo se va a comportar en el futuro este nuevo centro de emisión, si formará un nuevo cono o si será un salidero de lava más líquida, como otros abiertos con anterioridad.
En todo caso, la nueva colada avanza ladera abajo con mayor velocidad por encima de coladas preexistentes. Según López, este domingo se constató un aumento de la señal del tremor hasta llegar a un punto culminante que coincidió con la aparición de ese nuevo centro emisor. A partir de ahí, la señal descendió notablemente.
Subrayó también que en las últimas horas se había registrado un considerable aumento de la sismicidad y de la explosividad, con varias bombas sónicas, hasta la apertura del nuevo boquete en el edificio volcánico en Cumbre Vieja.
Al respecto, esta responsable del IGN apuntaba que el volcán “necesita mucha energía” para encontrar nuevas vías de salida de la lava y que, al liberarse la sobrepresión y mantenerse un caudal constante, esa explosividad desaparece.
Son varios los frentes que tienen ocupados y preocupados a los científicos y al comité de dirección del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca). Aparte de la colada cuyo frente se detuvo en el barrio de La Laguna pero que sigue recibiendo aporte en su parte trasera, y que tarde o temprano acabará avanzando hacia el mar, se ha unido otro motivo de preocupación: la colada que procede de la boca que hasta ahora solo venía emitiendo piroclastos.
Esta nueva colada avanza a unos 50 metros por hora, según cálculos del Instituto Geológico y Minero, y se dirige hacia la zona del Corazoncillo, en Las Manchas. La esperanza del gabinete de crisis es que esa colada se acabe uniendo a otra anterior y no provoque daños, solo materiales, pues esa zona fue una de las primeras evacuadas desde que el volcán comenzó a erupcionar el pasado 19 de septiembre.
En la actualidad hay activos cinco focos de emisión que aportan carga a las coladas. A lo largo del proceso eruptivo ha habido diez bocas, algunas de las cuales se han ido activando y cerrando.
SISMICIDAD EN AUMENTO
El comité científico analiza el “aumento notable” de la sismicidad a un nivel profundo y, sobre todo, intermedio, algo que “están notando” los vecinos del sur de la isla y de otros municipios más alejados. Asimismo, constata la “lenta tendencia” de deflación del terreno en puntos alejados del centro eruptivo, mientras que la deformación cerca del cono se mantiene estable.
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El sistema europeo de satélites Copernicus actualizó su diagnóstico sobre los efectos devastadores de la lava del volcán en Cumbre Vieja con una segunda medición efectuada este domingo que eleva a 901,2 hectáreas la superficie arrasada y a 2.146 las edificaciones destruidas. Eran casi nueve hectáreas más las sepultadas en apenas nueve horas.
En el trigésimo mapeo que realiza Copernicus desde el inicio de la erupción el pasado 19 de septiembre en Cumbre Vieja, a las 17.08 horas de ayer, se recogía que, aparte de las destruidas, hay otras 128 edificaciones parcial o posiblemente dañadas, sin distinguir entre viviendas y otro tipo de usos.
